Información sobre la Ciudad

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Situada en el extremo nordeste de la provincia de Granada, Huéscar es una ciudad tranquila y acogedora que está enmarcada por paisajes de singular belleza, tanto por la riqueza de la flora y fauna de sus espacios naturales como por la peculiar arquitectura de sus monumentos.

Administrativamente, asume la capitalidad de la comarca, respecto a los municipios de Castilléjar, Castril, Galera, Orce y Puebla de Don Fadrique.

Su término municipal tiene una extensión de 479,9 km², registrándose el nivel de cota más bajo al Sur, con 900 metros, y la más elevada en la cumbre de la Sagra con 2381.

Por su ubicación, desde la más remota antigüedad, su enclave fue codiciado y conquistado por diferentes pueblos. El hombre prehistórico nos dejó señales de su paso en las pinturas rupestres de la Piedra del Letrero (hoy Patrimonio de la Humanidad); fenicios, cartagineses, romanos (Torralba) y árabes conocieron los parajes oscenses y aquí se establecieron.

Urbanísticamente, y en siglos sucesivos, la población se ha ido ampliando en torno a las edificaciones de la Iglesia de Santiago, que levantada sobre la antigua mezquita, fue la primera parroquia, tras la reconquista de la villa, por los Reyes Católicos, en 1488. Dedicada a Nuestra Señora de la Encarnación, es en 1504 cuando cambia su advocación y se convierte en parroquia de Santiago. Destaca su peculiar estilo gótico y el blasón de la casa de Alba en su portada. Posteriormente, es la nueva parroquia de Santa María la Mayor –Colegiata de la Encarnación- la que se erige extramuros de la villa en los primeros años del siglo XVI; en donde con mayor o menor fortuna se pueden admirar una sucesión de elementos arquitectónicos (góticos, barrocos, renacentistas e incluso actuales) donde se aúnan todos los movimientos artísticos acontecidos en sus cinco siglos de vida. Con especial interés se puede visitar en su interior la "Sacristía Vieja", con el pequeño "Museo Parroquial" anexo, el Coro,...

Estas construcciones han ido dando lugar a trazados de calles, que salen o convergen en la parroquia de Santa María, en las que destacan las grandes casas señoriales con sus peculiares "cierres" o balconadas, desde donde se puede seguir la vida de la población de una forma discreta "viendo sin ser vistos". Trazados rectilíneos y amplias calles, notoriamente castellanas, que contrastan con las de herencia morisca, estrechas y enrevesadas, que se localizan, dentro del casco urbano medieval, en torno a la calle Alhóndiga. Así, aún hoy podemos visitar las calles de las Tiendas, Aceitería, Morería, Santa Ana, Callejón de la Quica, del lado árabe; o Mayor, San Francisco, Carril, Campanas, Tercias, Abades, Ángel, etc., del lado castellano.

De entre las casas blasonadas y señoriales destacaremos la de los Maza y de los Abades, casa Parroquial, de las Tercias, los Peralta, del Barón,...

Otros rincones, espacios y edificios de interés que se pueden visitar son: el Arco de Santo Cristo-Torre del Homenaje, Placeta Maza, Humilladero, Placeta y convento de Santo Domingo, Plaza Mayor, Paseo de Santo Cristo, Parque Municipal Rodríguez Penalva,...

Como elemento constructivo reciente (principios del siglo XX), encontramos en la cuesta del Paseo de Santo Cristo la conocida como "Casa de los Penalva", de estilo modernista.

Saliendo al exterior de la población observamos numerosos vestigios de antiguas construcciones defensivas medievales (atalayas), restos del trazado del antiguo Canal de Carlos III, Puente de las Ánimas-en el Canal de San Clemente-; y actuales como Puente Duda, Pantano de San Clemente, etc.

Evolución urbana de Huéscar.

Si bien existen vestigios ibéricos y romanos en los alrededores, la fundación del urbanismo actual, como tal, data del año 1324.

Su núcleo primero lo constituyó una fortaleza erigida como avanzada y defensa, localizándose en el llano, en el gran valle abierto por el río Barbata al píe de dos alineaciones montañosas (Sierra de la Encantada y Perico Ruiz); entre los dos manantiales importantes del término (Parpacén y Fuencaliente) y a la ribera del río Barbata, en medio de las tierras llanas y las únicas posiblemente regables por aquella época. Otro motivo más que condicionaría su emplazamiento, sería el encontrarse situada en la vía de comunicación que unía Levante con el Sur, el llamado Camino Real que iba de Granada a Valencia.

Una vez la ciudad en poder de los cristianos (a partir de 1488), los muros de la fortaleza se tuvieron que abrir y la ciudad amplió su recinto con calles rectas y amplias (s. XVI, XVII y XVIII, casi de trazado romano.

De mediados del siglo XIX se cuenta con la descripción de la ciudad por MADOZ: "Tenía cuatro plazas, tres cuadradas y una cuadrilonga y 41 calles estrechas e irregulares en la parte antigua y de bastante anchura y regularidad en la moderna. De las plazas las más importantes son la Mayor, donde se celebra el mercado y la de la Alhóndiga, destinada a la venta de comestibles".

El comienzo del siglo XX se caracterizó por una etapa de anquilosamiento de la ciudad en cuanto a realizaciones urbanas.... Al terminar la guerra civil, durante la alcaldía de D. Manuel Rodríguez Penalva se emprendió la redacción del que sería Proyecto General de Ordenación de la ciudad de Huéscar, realizado por la Dirección General de Arquitectura en 1948 y que en gran parte de su concepción original determinó la estructura actual de la población.